Muchos años de experiencia en eso de ejercer poder sobre los pueblos tercermundistas y apropiarse de sus riquezas, le han proporcionado al “gendarme global” suficiente material para idear, probar y afinar estrategias que le hacen confiar en que siempre –a veces más temprano a veces más tarde– podrá lograr sus objetivos.
Como podremos apreciar si le echamos una mirada a la historia de nuestro continente, hay episodios que comienzan y terminan en días o semanas, otros demoran meses, algunos años, otros pocos hasta décadas (de hecho existen capítulos aún no cerrados por el dueño del mundo).
Parece que el gendarme por más que fracase nunca fracasa; basta conque no lo reconozca y difiera el final hasta que el tiempo y el dinero que invierte asfixien a su presa y se traduzcan en un triunfo.
¿Cómo hacer para librarnos de esa perversión si le somos tan apetecibles (primera reserva probada de petróleo, octava de gas, importante reservorio de agua...)? Indudablemente los venezolanos estamos en ese trance; estamos en pleno “conflicto de baja intensidad” y todavía existe gente que estúpidamente no se da o no quiere darse cuenta...
Tenemos el legítimo derecho a ejercer una soberanía integral, a decidir nosotros mismos qué queremos hacer y cómo queremos hacerlo, sin tener que ver por encima del hombro.
Alexis Espinoza
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