domingo, 23 de octubre de 2022

Sagrado y obsceno

 


Ojo, simplemente tomé prestado el nombre de la obra de teatro de Román Chalbaud (estrenada en 1961 y luego llevada al cine por el mismo maestro en 1976), para encabezar estas líneas. Me disculpo con quienes pudieron haber pensado que los tiros iban por allí. 


Hecha la aclaratoria, aquí vamos:

El referente religioso José Gregorio Hernández se ha convertido en eso que en publicidad llaman una marca. Ahora bien, no sé si ustedes  también sienten curiosidad por saber a quién pertenece esa marca y quién tiene autorización para explotarla: ¿la maneja directamente la empresa matriz (El Vaticano) o una empresa subsidiaria (la Conferencia Episcopal Venezolana)? Por supuesto que también existe la posibilidad de que esa marca la hayan  "pirateado" y esté siendo aprovechada por terceros sin invitación oficial al festín. 




Pero en el caso del negocio documentado en las imágenes, esto último es de ponerse en duda, porque funciona en un pequeño espacio en el lateral sur de la iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria, avenida Urdaneta, Caracas... ¿Cómo podrían no enterarse las autoridades eclesiásticas de que en un costado de la iglesia funciona el VENERABLE café?




 Alexis Espinoza

lunes, 17 de octubre de 2022

Todes, todxs, todas y todos

 


Ese cartel seguro que no lo hizo la gente de la RAE; ellos son bastante ridículos y algo prepotentes, pero no tanto como para llamar a otros ignorantes.


Estoy de acuerdo con no utilizar "todes" y "todxs" (me parecen un invento infeliz). Cosa distinta el caso de "todos" y "todas", vocablos que tienen un uso con tradición bien conocido en español. Si decimos –por ejemplo– "todos y todas llegaron temprano", no estamos cometiendo falta alguna (no hay error en esa construcción; es perfectamente gramatical y no nos sitúa en el limbo que significan "todes" y "todxs") solo estamos haciendo un uso menos económico del idioma. No me imagino ahora a la RAE persiguiendo a todas aquellas personas que hagan un uso anti económico del español... ¡Es un asunto que llama a risa!

Los extremismos son muy dañinos; tanto los de quienes pretenden a trocha y moche imponer un lenguaje presuntamente inclusivo, como el extremismo pretendidamente institucional de la  RAE.


Con estas cosas debemos tener mucho cuidado, porque podríamos estar tomando posiciones que, más que por nuestro idioma, estén motivadas por asuntos políticos o de otro orden, y asumir actitudes intransigentes que perjudiquen el uso que hacemos del español.


Alexis Espinoza