Motivado por el eco mundial que está teniendo la tortura (por más de ocho minutos en la vía pública) y consecuente asesinato del ciudadano afroamericano George Floyd, a manos de la policía de Mineápolis (Minesota, EEUU) el 25 de mayo de 2020, ha tocado desempolvar un par de textos que podrían servir para apoyar la tesis de quienes sostenemos que en Venezuela sí existe y sí se practica el racismo.
Vale aclarar que se trata de una carta del equipo responsable de la elaboración del calendario 2008 de la Contraloría General de la República, en respuesta a las observaciones sobre los textos que lo acompañan, y de otra misiva que intenta refutar algunas de las afirmaciones contenidas en la primera.
Por favor, haga un alto aquí para leer las observaciones, ya que no tiene sentido seguir adelante si no se las conoce. (PINCHE AQUÍ)
PRIMERA CARTA
Un
año de homenaje para la etnia Warao
Recientemente
se recibió en el correo electrónico de un grupo de funcionarios
adscritos a la Dirección de Secretaría y Comunicación Corporativa
una crítica nefasta a nuestro trabajo en el Calendario 2008 de la
CGR, crítica por demás sesgada, de una visión rígida y
personalista que no da cabida al debate ni a la multiplicidad de
ideas. Sin embargo, tomamos ese correo como una opinión más, puesto
que respetamos los diferentes puntos de vista que se originan en una
comunidad.
Deploramos
que se pueda o desee presumir la existencia de "sugerencias
tendenciosas" en los textos incluidos en el Calendario CGR 2008.
Se diría según esta perspectiva que existe de parte de los editores
algún ánimo denigrante o de agravio hacia los Warao, cuando la
realidad es que algunas inconsistencias pudieron haber sido
ocasionadas por la multiplicidad de fuentes consultadas —ninguna de
las cuales, lamentablemente, fue Warao—; por el inevitable hecho de
que formamos parte de esa civilización occidental que se menciona y
nuestro sistema de valores o ideas pesa a la hora de hacer una
observación de otra cultura; y por no contar, finalmente, en las
filas de quienes colaboraron en la confección del instrumento con
gente formada en Antropología o Ciencias Sociales que asegurara
volcar en él todo el universo de información absolutamente justa,
científica y aséptica que nos arrostra quien ahora objeta el
trabajo de nuestro equipo. Trabajo que consideramos de mucha
importancia como vehículo de transmisión de conocimientos y
valores.
Es
lamentable que existan personas con una visión negativa de todo
cuanto les rodea, que contaminan, con su forma de pensar, la vida y
el trabajo de los demás. Son aquellos incapaces de ver lo avanzada
que se encuentra una obra o lo bien que está quedando sino que
hablan del mal gusto que tienen los arquitectos o la incomodidad que
genera su construcción.
No
podemos reducir nuestro pensamiento a ideas o premisas que sólo para
nosotros son ciertas, sino ser capaces de analizarlas y contrastarlas
con las de otros para evaluar cuáles tienen mayor peso, y aceptar
que nunca podremos ser dueños de la verdad absoluta.
Daniella
González R., José E. Vivas M., Juan C. Pérez, Zorayda Colmenares
A.
SEGUNDA CARTA
Martes 12 de marzo de 2008
A: Daniella, José Enrique,
Juan Carlos y Zoraida
Cuando
decidimos compartir las observaciones al Calendario 2008 de la CGR
“Warao: Gente de las curiaras”, supimos que los compañeros que
trabajaron en esa publicación podrían sentirse heridos; pero nos
asaltó el mismo impulso que nos llevó a escribir acerca de la
palabra carné en septiembre de 2003, cuando producto
de la incomprensión
de gran cantidad de funcionarios de la CGR, hubo fuertes y numerosas
críticas sobre un Al
Día
donde se utilizó carné en vez de carnet. Por cierto, en esa ocasión
nuestros compañeros de la Dirección de Secretaría y Comunicación
Corporativa tuvieron la gentileza de poner el texto "Acerca de carné y otras palabras", donde se argumentaba porqué era correcto
escribirla así, en todas las carteleras institucionales.
A continuación intentaremos
contestar el correo que en el día de hoy (12/03/2008) hemos recibido
de ustedes (y que enviaron con copia a José Gregorio Hernández [mi
jefe], Marcelo Cartaya y Yadira Sánchez, todos directores de la
Dirección General Técnica de la CGR) en respuesta al que
dirigiéramos el 18/02/2008 a quienes aparecen en los créditos del
referido calendario.
-
Mi crítica
–“nefasta”
según sus palabras–
no fue en general al trabajo realizado por el equipo que nos ha
venido sorprendiendo gratamente con el calendario en estos últimos
años. Hice referencia solo a algunos textos
en particular,
entendiendo siempre que su autoría no estaba en la CGR, sino en las
“Referencias y fuentes / Textos de Isaac Pardo y María E. Ponce.
/ www.a-venezuela.com
/ www.fenixprosa.galeon.com”
señaladas al final del calendario. Sin embargo, aún con mi “visión
rígida y personalista” entiendo, al igual que ustedes, que ese
trabajo es “de mucha importancia como vehículo de transmisión de
conocimientos y valores” y justamente me preocupó que la
Contraloría hubiese publicado esos textos y que esa sea la visión
de los warao que acompaña un calendario que seguramente ha sido
distribuido no solo en la CGR, sino también a infinidad de órganos
de control tanto nacionales como extranjeros y a muchos otros entes
públicos de variada naturaleza en distintas partes del mundo.
-
Al leer en
su respuesta que “Es lamentable que existan personas con una
visión negativa de todo cuanto les rodea, que contaminan, con su
forma de pensar, la vida y el trabajo de los demás. Son aquellos
incapaces de ver lo avanzada que se encuentra una obra o lo bien que
está quedando sino que hablan del mal gusto que tienen los
arquitectos o la incomodidad que genera la construcción”,
entiendo que indirectamente se refieren a mí; también entiendo que
no me conocen (ante lo cual lamentablemente no puedo responder) y
que, además, quizás
no leyeron con detenimiento el
texto del correo
al cual iba adjunto el documento de la discordia (18/02/2008) que
les transcribo de nuevo, por si acaso:
Soy un entusiasta del
calendario de la CGR (los entusiastas a veces se convierten en
fanáticos y terminan siendo terribles críticos). He venido
experimentando el pequeño suspenso que significa esperar la llegada
de nuestro nuevo calendario sin saber de antemano cuál será su
tema. Ello me ha traído un disfrute que ha venido creciendo con las
cada vez mejores "apuestas" temáticas, fotográficas y de
diseño.
Me emocionó mucho recibir
un calendario 2008 cuyo motivo es la etnia warao. Como era de
esperar, diseño y fotografía -para mi gusto- llenaron las
expectativas, y el tema ni se diga; pero algunos de los textos que
acompañan el calendario me causaron tristeza, así que después de
mucho pensar si debía compartir mis opiniones, ayer terminé de
ordenar unas notas al respecto, las cuales les adjunto.
-
Estoy muy de acuerdo
con ustedes cuando expresan que “No podemos reducir nuestro
pensamiento a ideas o premisas que sólo para nosotros son ciertas,
sino ser capaces de analizarlas y contrastarlas con las de otros
para evaluar cuáles tienen mayor peso, y aceptar que nunca podremos
ser dueños de la verdad absoluta”, y precisamente por pensar así
me atreví a hacerles llegar esas observaciones acerca
de algunos de los textos
del Calendario 2008 de nuestra Contraloría General. De todas
formas, gran parte de los asuntos referidos en las observaciones
están documentados por gente como Esteban Emilio Mosonyi, padre
Basilio de Barral, padre Antonio Vaquero, María Manuela de Cora,
Miguel Acosta Saignes, Alexander Luzardo, Barné Yavarí, Georges
Balandier, Carlos Azpúrua y Michell Perrin, entre muchos otros.
-
En cambio no estoy de
acuerdo en que esa
“crítica” sea “sesgada, de una visión rígida y personalista
que no da cabida al debate ni a la multiplicidad de ideas”, cuando
precisamente la intención era hacerles llegar las observaciones y
recibir a vuelta de correo (o personalmente, si lo preferían así)
una respuesta de una proporción razonable (sin ejercer la
descalificación personal, por ejemplo).
Me parece
que
–disculpen el estilo “personalista”, pero insisto en dejar
clara la paternidad de las opiniones– de
ustedes no se puede discrepar sin que se sientan atacados,
ante lo cual no podía hacer otra cosa que tratar de contestar sin
ser presa de las pasiones.
Alexis Espinoza
Solo
queda decir que en un principio pensé que ese calendario era el
resultado de una escogencia descuidada de los textos, ya que quienes
lo elaboraron ponían siempre su mayor esfuerzo en la parte gráfica
(diseño, fotografía, impresión…), pero luego de su
respuesta a las observaciones, entendí que defendían su sistema de
creencias y valores, y que esos
textos no fueron seleccionados por error,
sino por convicción.
Alexis Espinoza