jueves, 30 de enero de 2020

Coletazos de carné (sobre corsé y otras palabras)



A propósito del interés de Yajaira Grimont

y Bárbara Jiménez en el asunto





La ortografía es sobre todo arbitraria (ella procura que una palabra se escriba de la manera como se ha venido pronunciando durante cierto tiempo, por un número significativo de hablantes para quienes la lengua en cuestión es la materna). Por eso existe un “orden” que pocas veces nos parece lógico: la ortografía se vale de convencionalismos para tratar de establecer un único código que permita de forma económica, la comunicación escrita de la mayor cantidad de individuos posible. Esos convencionalismos privilegian principalmente los usos históricos. Si en español no existe la terminación de vocablos en la consonante t (por decir algo) y entonces toma prestada de otra lengua una palabra que originalmente termina con esa consonante, nuestra ortografía la absorbe y suprime esa t final, como ocurre con corset (del francés), que en español se escribe corsé.

Hay otras palabras, específicamente los nombres que llamamos propios (los apellidos Font, Millet y Grimont, entre muchos otros) que, tal como sabemos desde la escuela primaria, aunque los pronunciemos cien por ciento en español [fon, millé, grimón...], los debemos escribir en su lengua original.

Nuestra ortografía impone usos que muchas veces nos cuesta entender; en otros casos nunca llegamos a entenderlos. De todas maneras (y no es consuelo de tontos) lo más importante es que internalicemos los usos, no que entendamos la ¿lógica? ortográfica.



Alexis Espinoza

octubre de 2003

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