El párrafo que sigue es un minúsculo ejemplo de la estima con la cual hemos sido “honrados”; y el texto que se transcribe luego (fragmentos de un extraordinario libro de Eleazar Díaz Rangel) –siempre en el mismo contexto– es una excelente muestra de los recursos que han sido utilizados en nuestro país desde hace ya más de un siglo (como el control y la manipulación de la información) para lograr importantes objetivos.
El Presidente es un hombre de avasalladora energía, cazador de tigres, ranchero, que cree que el destino manifiesto de los Estados Unidos es dominar al Caribe y mira a los paisecillos de América Latina como ratas. Un día [9 de diciembre de 1902] Inglaterra, Italia y Alemania bloquean la costa de Venezuela y bombardean dos fuertes para cobrar una deuda, al estilo europeo. [Theodore] Roosevelt deja por un momento la doctrina Monroe, porque le parece excelente que “le den duro en las nalgas” –son sus palabras– a Venezuela por sinvergüenza; para que aprendan a cumplir sus compromisos. El presidente se mueve dentro de un insolente optimismo porque su país se está imponiendo en el mundo a causa de su vertiginoso progreso. Inglaterra ha declarado que vería con buenos ojos el que los Estados Unidos asumiera la tutoría de la América Latina, para salir de embrollos y tratar con una potencia responsable.
Germán Arciniegas: Biografía del Caribe. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 1963. Página 426.
Escuadra alemana en costas de Venezuela. obra de Willy Stower, 1902. |
A comienzos de 1902 se habían producido varios levantamientos al interior del país y el “Libertador” opera en las Antillas en aguas próximas a Venezuela, pero aún no se produce el desembarco de Matos y su revolución en las costas orientales. Havas [agencia de noticias francesa que contaba con el monopolio informativo desde América Latina hacia el resto del mundo] expande por sus canales todas las noticias adversas al gobierno de Castro que recibe de sus corresponsales y de los agentes del cable francés (CFCT) y de partidarios de Matos:
Bogotá, marzo 5. El vapor “Libertador” bombardeó el puerto de La Guaira para proteger el desembarco de una expedición revolucionaria. Ha estallado la revolución en las proximidades de Valencia.
Nueva York, enero 13. La insurrección contra el Presidente de Venezuela toma de día en día nuevas proporciones. Se sabe que el vapor “Libertador” perteneciente a los revolucionarios, ha desembarcado en distintos puntos de la costa armas y municiones en abundancia.
Una vez que ocurre la invasión de Matos, el 15 de mayo, se hacen más frecuentes las noticias de Havas sobre su desarrollo, que junto a caricaturas y artículos, se publican en países europeos acreedores, y por supuesto, en los de América.
Nueva York, junio 17. Según las noticias que llegan de Venezuela por la vía de Curazao, la situación creada por la revolución en ese país, continúa complicándose cada vez con incidentes y conflictos de todo género.
[...]
La Havas, cuyas conexiones con la Compañía Francesa de Cables Telegráficos eran evidentes, y podían apreciarse en algunos mensajes de la época, no solo ofreció una información descaradamente favorable a las llamadas tropas revolucionarias y silenció las noticias de sucesos favorables al gobierno durante todo el desarrollo del proceso, sino que sus canales estuvieron abiertos a la revolución para la transmisión de mensajes útiles a sus operaciones de guerra, interceptar los del gobierno y actuaba como parte de una red de espionaje.
Derrota de “la revolución”
En octubre se libra la batalla de La Victoria, decisiva para la guerra. Nunca antes en las guerras de Independencia y en la Federal, se habían enfrentado en Venezuela tantas fuerzas, estimadas en 20.000, ni por tanto tiempo: 12 días. Las tropas del gobierno comandadas por Cipriano Castro resultaron victoriosas. El 2 de noviembre comenzó la dispersión de las fuerzas antigubernamentales, y poco tiempo después, su jefe supremo huyó disfrazado a Curazao, desde donde Jaurett [desertor del ejército francés, corresponsal en Venezuela desde finales del siglo XIX] había estado alimentando el cable francés:
Nueva York, 10. Telegramas de Willemstad anuncian que el general Castro, presidente de Venezuela, abandonó el comando de las tropas, retirándose hacia La Guaira, escoltado por un regimiento de caballería. Willemstad, 10. Por telegramas de La Guaira se sabe que continúan afluyendo a ese puerto las familias pudientes de Caracas, por temor a un asalto de los revolucionarios. En aquella capital reina el pánico. Willemstad, 15. Corre con visos de fundamento el rumor de la noticia de que Caracas, la capital venezolana, está en poder de los revolucionarios. El gobierno en Los Teques. Willemstad, 15. Las avanzadas de las tropas revolucionarias y de las tropas gobiernistas, se tirotearon hoy a 8 millas de la capital venezolana, donde reina el pánico y la anarquía. Willemstad, 16. Han llegado comunicaciones por las cuales se sabe que las fuerzas del gobierno del general Gómez vicepresidente de la República, han sido derrotadas con considerable pérdidas por las fuerzas rebeldes cerca de San Mateo.
El 4 de noviembre ya no era posible seguir engañando al mundo. La Havas debe reconocer la derrota de los revolucionarios. El Cónsul de Venezuela en Nueva York, doctor Elías González Estévez, ha recibido un cable de Caracas firmado por el presidente Cipriano Castro y su secretario, el Dr. Julio Torres Cárdenas, donde se le avisa “la completa derrota de las fuerzas revolucionarias atacadas de frente y por la espalda simultáneamente. El jefe de la revolución Matos logró huir”.Ese mismo día desde Caracas, informaba que “la victoria del gobierno fue celebrada ayer en Caracas con estrepitosas salvas de artillería, fuegos artificiales y repiques de campana”
Sin embargo, Havas sigue dando crédito a los cables que Jaurett le remitía por la vía Willemstad [Curazao], desde donde informa el 7 de noviembre: “Es completamente falso el rumor echado a circular por el gobierno venezolano respecto a una gran victoria obtenida contra los insurgentes”. Al día siguiente en un nuevo despacho, explicaba que “el ejército revolucionario sencillamente se retiró de San Mateo” para tomar posiciones más ventajosas, y agregaba que”se ignora el paradero exacto del Presidente de Venezuela”.
Pero la imaginación del periodista también tiene sus límites. Cuando el general Matos llegó a Curazao, derrotado y enfermo, debió reportarlo. Ese cable, del 4 de noviembre, cerraba con una nota humorística: “En la fuga, perdió su hamaca y su sombrero”.
Fracasado este intento contra el gobierno de Castro y en el cual confiaban algunas potencias extranjeras para hacerse pagar las deudas del gobierno venezolano, Alemania y el imperio Británico se pusieron de acuerdo para bloquear los puertos venezolanos. Habían obtenido las seguridades del gobierno de los Estados Unidos de que no intervendría, persuadido de que no tenían interés de apoderarse de territorios y que, en consecuencia, no afectaba la doctrina Monroe.
El 6 de diciembre, ante las frecuentes informaciones contenidas en los boletines diarios de la Agencia Pumar sobre posibles acciones de violencia de potencias extranjeras contra Venezuela, el Presidente Castro escribe en los periódicos para mostrarse incrédulo. No concebía que se apelara a esos medios para cobrar una deuda, y explicaba toda la política seguida por su gobierno para atender los compromisos contraídos.
Dos días más tarde, el domingo 8, los ministros de Inglaterra y Alemania entregaron en la Cancillería un ultimátum, y al día siguiente, sus barcos controlaban La Guaira y otros puertos. Los cables de Havas servían a estas operaciones, acentuaban su campaña de descrédito contra Venezuela, y silenciaron la reacción indignada que se produjo en Caracas, donde hubo manifestaciones, voluntarios para incorporarse al ejército, quemadas las banderas de los países agresores y apedreadas sus embajadas, o legaciones, y en la mayoría de los países latinoamericanos se produjeron expresiones solidarias con Venezuela. Ninguna de estas manifestaciones era noticia para Havas. En cambio el ministro francés en Buenos Aires informa a su Cancillería en París: “La prensa argentina encabezada por La Nación, critica duramente el bloqueo a Venezuela. El País y La Prensa despliegue de las potencias extranjeras frente a un pequeño país. Preguntan dónde está la Doctrina Monroe”. El Ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Luis Drago, emite una declaración condenatoria de la agresión de las potencias europeas que después se ha conocido como “Doctrina Drago”. Pero tampoco tiene interés noticioso para Havas.
[...]
A comienzos de 1903, Castro debe solicitar a los Estados Unidos la mediación. Seguidamente se inician las conversaciones sobre la reclamación, que concluyen un mes después con la firma de los protocolos de Washington, impuestos a Venezuela por las grandes potencias, incluida la que emergía en la región: los Estados Unidos, que echaba las bases para incrementar sus relaciones comerciales y desarrollar sus inversiones en Venezuela.
Eleazar Díaz Rangel: La Información Internacional en Venezuela 1808-1985. Fondo Editorial de Humanidades y Educación, Universidad Central de Venezuela. Caracas, 1987. Páginas 83-88.[El texto original abunda en notas a pie de página, las cuales no fueron incluidas aquí para facilitar la lectura].
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