lunes, 3 de mayo de 2021

Acerca de la Operación Gedeón

 


 

Ya ha pasado un año desde la fallida Operación Gedeón (3 de mayo de 2020), y en vista de que en Venezuela somos propensos a celebrar aniversarios y otras especies por el estilo, a continuación les dejo un par de breves textos que hice circular en WhatsApp, justo después de que viera en televisión al ministro del Poder Popular para la  Comunicación y la Información del momento (Jorge Rodríguez), informando en cadena nacional acerca de lo sucedido.

 

La vida es así

Después de escuchar la alocución de Jorge Rodríguez sobre pormenores de la Operación Gedeón y el testimonio de uno de los mercenarios que venían en la segunda lancha (la capturada en Chuao), quien asegura que en vista de lo ocurrido con la primera en La Guaira, ya habían decidido huir hacia Bonaire, pero que por no tener suficiente combustible tuvieron que ir bordeando la costa, no pude sino pensar en las ironías que tiene la vida: seguramente, de haber tenido acceso fácil a gasolina, hubieran podido continuar su escape hacia territorio neerlandés. ¡De alguna manera fueron víctimas de la escasez de gasolina! Los alcanzaron las medidas coercitivas unilaterales de su patrón Donald Trump... Hay quienes le llaman "justicia poética". Póngale usted el nombre.

 

Soltando lastre

Me siguen dando vueltas en la cabeza algunas de las cosas que escuché en la alocución de Jorge Rodríguez sobre la Operación Gedeón.
El mercenario del video testimonia que eran cuarenta y tantas personas las que ocupaban originalmente la segunda embarcación, pero que al enterarse del infortunio del primer grupo (La Guaira), comenzaron a dejar gente en distintos lugares de la costa centro occidental venezolana, para después emprender la huida definitiva hacia Bonaire; tanto es así, que apenas contaban ocho al momento de ser capturados. También comenta el excelso tenor (canta claro, bastante afinado y con buen timbre) que los individuos más importantes a bordo eran el hijo de Baduel, los dos gringos y él; es decir, cuatro de los ocho que quedaban.
Entre los navegantes a esa "maniobra" la llaman "soltar lastre": al ver perdida la operación, quienes tenían el comando de la nave decidieron irse liberando de ese peso muerto que significaba la tropa. Solo los elegidos llegarían a puerto seguro. Sí, como de costumbre "el perraje" es desechable.

Alexis Espinoza

4 de mayo de 2020




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