miércoles, 18 de noviembre de 2020

La maravillosa gestión del capitán Pantoja

 

Publicado originalmente bajo el título de Pantaleón y las visitadoras de Mario Vargas Llosa en CGRevista 31, abril de 1999 (Contraloría General de la República-Venezuela)



Hombre sin vicios, marido ejemplar, militar excepcional: no fuma, jamás bebe más de una copa, no conoce las parrandas; amante y tierno esposo, incapaz de mirar a otra mujer; extraordinario cerebro logístico, soldado de gran vocación, orgulloso servidor de la Patria, admirado por compañeros y superiores.

Ese es el perfil del capitán Pantaleón Pantoja, el mismo a quien la alta oficialidad del Ejército del Perú escogió para llevar a término una misión secreta insólita y delicada: el Servicio de Visitadoras para Guarniciones, Puestos de Frontera y Afines (SVGPFA); un servicio de prostitutas para los soldados de las guarniciones más apartadas del Amazonas peruano.

Vargas Llosa nos entrega en Pantaleón y las visitadoras una ingeniosa historia llena de humor e ironía, donde contrasta la absoluta seriedad de Pantoja –hombre íntegro y militar eficaz– con la naturaleza de su misión.

Su sentido del deber es tal, que Pantaleón emprende la planificación y ejecución del “proyecto” de forma magistral. No pasa por alto detalle alguno: evalúa minuciosamente el entorno, los recursos y a sus clientes; procura un servicio oportuno y de alta calidad… Nuestro hombre, líder nato, consigue que sus “visitadoras” y su personal de apoyo se desempeñen con orgullo y entusiasmo, seguros de estar prestando un alto servicio a la Patria; así el SVGPFA –una “unidad” clandestina y moralmente inaceptable– se convierte en la mejor dependencia de las Fuerzas Armadas Peruanas y pierde su anonimato.

Alexis Espinoza

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