sábado, 13 de noviembre de 2010

“¿Qué pasa si dejamos Afganistán?”

Advertencia:
El comentario que se hace a continuación es a partir de una nota (seguramente de un sitio web) que llegó a mi correo electrónico bajo el título de "La revista Time y su impactante portada" (se puede leer al final de este artículo).

Da asco pensar que esos que decretan y llevan a cabo la mutilación de mujeres son los mismos “rebeldes y valientes patriotas”, que luego se convirtieron en el Talibán, a quienes EE.UU. apoyó entre las décadas de 1970 y 1980 con logística, armas y entrenamiento (cómo combatir, manejar explosivos, torturar…) cuando eran un “movimiento insurgente” (al cual no tildaban de fundamentalista, por cierto) que peleaba contra el gobierno afgano de entonces y sus aliados soviéticos, y que finalmente, después de la salida de la URSS devino en el Talibán y terminó haciéndose con el poder gracias a la decisiva ayuda de sus benefactores estadounidenses.

Por mucho tiempo el maltrato contra la mujer instituido en Afganistán pasó por debajo de la mesa, hasta que el Talibán comenzó a incomodar la consecución de los objetivos del país de las barras y las estrellas; ahora se dan cuenta de lo crueles e inhumanos que son sus exdiscípulos (esos a quienes ellos mismos enseñaron a combatir, a manejar explosivos, a torturar…). Para los estadounidenses lo realmente importante era poder derrotar a la URSS (como actualmente lo es derrotar al propio Talibán), nunca lo fue –como no lo es ahora– defender a la mujer afgana de vejaciones absolutamente reprobables.

¿Acaso los estadounidenses invadieron ese país para evitar a las mujeres el horror causado por los hombres del Talibán? ¡Por favor!... Dudo de la sinceridad de Time. Están usando esa terrible situación como una excusa más para justificar la continuación de las acciones bélicas de EE.UU. en Afganistán. En pocas palabras, Time ha convertido el dolor de Aisha y de muchas otras mujeres en propaganda de guerra, pero también en una muestra de su inobjetable cinismo y de una marcada falta de escrúpulos.

Alexis Espinoza
26-08-2010

La revista Time y su impactante portada
Aisha es una joven afgana de 18 años que se transformó en una chica de portada. La portada de la Revista Time generará polémica e impacto y, seguramente, su imagen recorrerá el mundo y será un símbolo del desprecio y la irracionalidad.
La foto central muestra a Aisha sin nariz ni orejas. Le fueron cortadas por decreto de los fundamentalistas, después de intentar escapar de la casa de su esposo que la maltrataba.

El verdadero motivo por el que posó para la portada del último número de la revista Time, dice Aisha, radica en la necesidad de denunciar el cruento desprecio que los talibanes tienen hacia las mujeres.
La revista norteamericana plantea en una fuerte tapa la pregunta "¿Qué pasa si dejamos Afganistán?".

Según la publicación, la joven quiere que "el mundo vea el efecto que el resurgimiento de los talibanes podría tener en las mujeres de Afganistán". De esta manera se pone en debate en qué escenario podrían quedar los derechos de las mujeres de ese país ante un potencial acuerdo entre los EE.UU. y los talibanes en una búsqueda de rápida paz.
El editor de la revista, Richard Stengel tuvo dudas antes dar el ok final a la edición. "Yo quería asegurarme de que Aisha no perdiera su seguridad y que entendiera lo que significaba su cara en la portada. Ella sabe que se convertirá en el símbolo del precio que las mujeres afganas han tenido que pagar por la ideología represiva de los talibanes".
En el adelanto de la nota, se lee que el calvario de la joven comenzó una medianoche en la que un grupo talibán de su pueblo golpeó a la puerta. Aisha había intentado fugarse de la casa de la familia de su marido, quien la golpeaba.
Ella dice; "Si no lo hubiera hecho, habría muerto". Aquella noche, un comandante talibán no dudó en materializar el castigo. Su cuñado la sostuvo y su marido le rebanó la nariz y las orejas, como escarmiento. Un demencial escarmiento. Una inhumana acción que Aisha quiere mostrarle al mundo a través de esta denuncia.
La portada es absolutamente inquietante e indignante. Me cuesta entender cómo pueden seguir existiendo estas guerrillas fundamentalistas que siguen causando tanto dolor a la sociedad, específicamente a las mujeres afganas (y de tantas otras sociedades).

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